¿Quién soy yo? ¿Has encontrado ya la respuesta?

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Cuántas veces me habré preguntado quién soy, qué estoy haciendo, hacia donde voy, es este el camino por el que debo ir… Y, ¿tú? ¿Te lo has preguntado alguna vez?
Aún recuerdo el día en que me fui de retiro de 10 días de meditación en el que estaba terminantemente prohibido compartir una sola palabra. Se debía estar en total silencio durante esos 10 días. ¡Bendita locura! 😊
Si me preguntáis que me llevó hasta ahí se podría decir que un suceso de circunstancias en las que sin pensármelo ni un poco, me adentré en ello. Venía de un año, en el que no paraba de preguntarme a mí misma de forma repetitiva quién era yo. Una pregunta que nació haciendo el camino de Santiago y que se asentó a mi vuelta a mi querida tierra Ibicenca. Una pregunta que creía con fácil respuesta, y que sin embargo cuando creía tenerle echado el lazo, se me escapa de múltiples formas.
Veía lo más vital: mujer, trabajadora, incesante buscadora, inquieta, deportista… Sin embargo, esas etiquetas no me definían como Mónica. Eran como si fueran cajones en los que iba guardando objetos, pero ¿dónde estaba la casa? No encontraba mi sitio. No me encontraba. Todo era un frenesí. Y pobre de mí que parase, entonces las preguntas asaltaban a mí y no sabía cómo darles respuesta.

El chi Kung me dió la respuesta

En su momento no lo veía, pero hace un tiempo logré verlo. Y es que la vida, nos lleva por rincones que nunca diríamos que tendríamos que ir, y sin embargo cuando estás allá aparece el UUUUAUUUUH!! ¿Qué es esto? Es lo que me sucedió con el Chi Kung (Qi Gong). Fue una sensación indescriptible, se me hace complejo explicarlo con palabras. De hecho, lo pienso y aún hoy me emociono.
Una sabia maestra que apareció en esas mágicas sincronicidades de la vida en mi camino fue la que hizo que descubriera esta práctica. Todavía hoy me pregunto que debió verme para decirme que debía practicar Chi Kung (Qi Gong), pues me iría muy bien para sosegar mi mente, tener comprensión y trabajar mis raíces, mi espalda y mis “queridas” cervicales, que en aquel tiempo andaban un tanto fastidiadas.
Al principio me lo tomé en plan: “ya será para menos”, o ¿cómo voy a conseguir relajarme, comprenderme y encima estar trabajando todo mi organismo? La verdad que de entrada no veía la manera. Y ya lo dicen, de poco sirven las palabras hasta que no lo experimentas, ¡y así fue! Empecé unos días en los que iba practicando por mi cuenta los ejercicios que me había enseñado y que en una fotocopia quedaba el recordatorio de cómo eran. Día a día, iba viendo que aquello llegaba más allá de lo que me imaginaba. No lo dudé, y en el momento que apareció un eMail en mi correo – que aún hoy no sé cómo apareció – para la formación de Chi Kung que empezaba en pocos días con un maestro chino, me lancé a ello.
Ese enganche continúa aún a día de hoy. Para mí, es la pieza que me define con suma fuerza.
Gracias a él me descubrí en total plenitud. Gracias a él comencé a comprenderme. No me atrevo a decir que me he comprendido por completo, porque considero que hasta que me quedé el último aliento de aire, estaré aprendiendo y aprendiendo, y todavía me iré conociendo un poco más con el paso del tiempo.
El Chi Kung me ha permitido estar conmigo en paz. Me ha aportado y continua aportando un bienestar a todos los niveles. Me aporta día a día elasticidad, equilibrio y tonificación de los tendones que tanto he necesitado siempre. Me proporciona relajación física, y a la vez, también mental. Me permitió verme, por dentro y por fuera. Un trabajo que como decía, continuará, espero que por muchos años más.
Mi definición de “quién soy yo” nace desde el Chi Kung. Y de ahí ya salté a la Medicina Tradicional China. Ambos son una extensión de mí y tienen que ver con mi comprensión de la vida, buscando la armonía con uno mismo, y a la vez con el entorno que me envuelve.
Si deseas descubrirte, escuchar lo que tu cuerpo te dice, estar en calma o trabajar tu físico – sin importar las dolencias que tengas, pues el Chi Kung es es totalmente adaptativo según la condición física y muy beneficioso para muchas dolencias-, te animo a que vengas a experimentar el movimiento de la calma con las clases de Chi Kung de El Camino de Tanit.

Para más información de horarios y de asistencia, puedes localizarme por los canales habituales.

Mónica Larruy – Diciembre 2017

Una respuesta

  1. Sasha
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    Me ha encantado vuestro articulo y me ha sabido a poco pero ya sabeis lo que dice el dicho «si lo bueno es breve es dos veces bueno». Me gustara volver a leeros de nuevo.
    Saludos

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