Si os pregunto qué es meditar, ¿qué responderíais? ¿Dejar la mente en blanco, no pensar en nada, estar en calma? En el artículo de hoy vamos a dar respuesta a esa pregunta y a ver cómo meditar de forma sencilla en el día a día.
Hay diversos estilos de meditación y cada uno debe saber encontrar con qué estilo se encuentra más cómodo. Generalmente me encuentro con qué cuándo planteo a alguien qué es meditar, me suele contestar “dejar la mente en blanco”. Personalmente, me gusta verlo como un estado de no mente. ¿Qué significa ello? Se consigue estar en un estado de tal presencia con lo que se está haciendo, que uno se desvincula de los pensamientos que de forma habitual están presentes.
Posiblemente alguna vez te quedaste mirando, por ejemplo, un determinado objeto: el cielo, una flor, … O simplemente tu vista quedó descansada mirando al vacío y por unos segundos dejaste de ser consciente de tu alrededor. Puede que alguien te pasase las manos por delante de la cara para ver si estabas por aquí o bien incluso que te dijesen unas palabras y entonces reaccionases. Eso se denomina “estado de no mente”.
De forma similar sucede con personas que realizan esfuerzos ciertamente extremos como puede ser una maratón, hasta situaciones críticas de urgencia que requieren de una rápida acción en la que, si lo has experimentado alguna vez, recordarás que no había nada más en ese momento. Era realizar y dar solución a esa situación.
Dejar la mente en blanco, puede comprenderse como aquel momento en el que no hay ningún pensamiento perdiendo el foco principal de la conciencia hacia uno mismo o hacia el foco de atención que se está teniendo.
Llegar a un estado de no mente es cuestión de práctica. Sin embargo, si nuestro objetivo es llegar allí te recomendaría partir de eliminar las expectativas y comenzar por disfrutar de la meditación.
La meditación nos ofrece un espacio de quietud interna, de comprensión con lo que estamos haciendo, de claridad, de relajación… Y un valor sumamente extraordinario por los ritmos que se suelen llevar del día a día, hablamos del “PARAR”. Muy necesario para no dejarse llevar por los elevados ritmos. Personalmente, me gusta ver la meditación como un estilo de vida.
Es hermoso poderse brindar unos minutos al día para meditar. Sin embargo, considero que estos minutos no se aprovechan realmente si después se vuelve al día a día o ante determinadas situaciones, y no se tiene una consciencia o gestión de lo que está sucediendo para llevarlo a cabo desde un lugar de calma y comprensión. Y es que todos esos beneficios que puede aportar la meditación, como son la relajación y bienestar desaparecen. Comprendo la meditación como actos continuos en nuestro día.
Estar meditando, para mí, es estar en presencia con lo que se está haciendo en este momento. ¿Cómo se puede hacer? De manera sumamente sencilla.
Técnicas para la meditación
- Si vas caminando sé consciente que estás caminando. Observa los árboles, los edificios, la gente, las nubes… Siente tus pies en contacto con la tierra. Siente el avance de tus pies. Siente cómo respiras mientras caminas. No hay lugar para el móvil. Simplemente, caminas, sientes y observas lo que se genera a partir de caminar.
- Cuando vas en el transporte público aprovecha para estar en meditación. Basta con que estés respirando (aquí puedes ver cómo realizar una respiración consciente natural). Siente tu respiración. No es necesario que cierres tus ojos. Únicamente entrégate a respirar y observarte u observar a tu alrededor sin juicios.
Evidentemente, cuando meditamos puede suceder que vayan apareciendo pensamientos. Para que éstos no te arrastren, basta con dejarlos pasar. Es decir, no darles más alimento sobre lo que seguir pensando. Ejemplo: tengo que ir a comprar. Ok, lo veo y continúo, por ejemplo, respirando. Si por el contrario ante ese pensamiento respondo internamente: “tengo que ir al llegar a casa, porque mañana no tengo tiempo. ¿Y qué tenía que coger? A parte del agua, había más cosas … “ Entonces es cuando comienza un largo bucle. Por tanto, en el momento en que aparezcan los pensamientos, salúdales, pero no dejes que se sienten. Deja que salgan por la puerta por dónde entraron como buenos visitantes de tu mente 😉
Desde El camino de Tanit una vez al mes te brindamos encuentros de meditación guiada. Se trata de reunirnos el día de luna llena. Cada encuentro tiene un propósito diferente. En estas meditaciones de luna llena podrás experimentar todos los numerosos beneficios que aporta la meditación y así poder continuar en tu día a día regando este estado de vida.
Mónica Larruy – Diciembre 2017.
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