Pasa un día y otro día, sumándose los días pasados y ver lo rápido que avanza todo. Una rapidez que es ficticia, pues ya lo decía Einstein “el tiempo es relativo”, y es que éste depende de cómo se mire y se viva.
Desde la situación actual que estamos viviendo se experimenta una sensación de no saber qué es lo que está pasando, qué pasará, qué será de mí y de los míos… Una incerteza palpable en el ambiente. Esta incerteza nos borra la posibilidad de ver la realidad, nos hace viajar en el tiempo a pasados y a futuros quitándonos el valor de lo que realmente tenemos y somos: EL MOMENTO PRESENTE, AQUÍ Y AHORA. ¿No hemos aprendido a caso recientemente lo rápido que cambia la vida en un abrir y cerrar de ojos? Lo conocido desapareció de pronto. Nos hizo abrirnos hacia un mundo desconocido. Ese mundo desconocido tiene como protagonista el VIVIR DESDE Y POR ESTE MOMENTO. Nadie sabe qué acontecerá, que será o dejará de ser, pero bien sé dónde estoy ahora, y desde ahí poder construir mi YO, mi PRESENTE, mi REALIDAD. Un nuevo día, una nueva oportunidad.
Aferrarse a algo es ficticio, pues creemos ingenuamente que no hay cambios y que todo es constante, permaneciendo igual. Nueva muestra de que aquello que creíamos como inamovible tampoco es así.
Hasta ahora se ha vivido en una constante carrera, corriendo hacia no sabe uno dónde, y buscando sin detenerse uno a descubrir qué es lo que se está buscando. Tal era la prisa que cuántas veces se habrá dicho: “no tengo tiempo”. No tengo tiempo para mí, para hacer aquello que quisiera hacer; no tengo tiempo para llamar a casa y con un audio de voz ya darse por satisfecho; no tengo tiempo de quedar con los míos; no tengo tiempo de organizar una comida en casa con los amigos… Tantas y tantas cosas que se querían hacer pero que nunca se hicieron. Y todo, ¿por qué? Aquello por lo que corrías o buscabas, ¿te reconfortó, te convirtió en mejor persona, te dio la felicidad anhelada? Seguramente la respuesta sea que No, o bien fuese pasajero… Y es que la vida no fue creada para correr constantemente, y menos aún para acumular/atesorar sin fin. La vida se creó para ser vivida desde el disfrute. ¿Lo dudas? Mira cualquier animal, mira a los bebés y a los niños. ¿Cómo viven ellos? Ellos viven sin pre-ocupaciones. Viven el momento presente que acontece ahora pues no conocen otro tiempo. Saben que su premisa es vivir y jugar. ¿Y nosotros, como humanos y adultos qué hacemos? Por favor, quién va a jugar, eso no es propio…
Jugar no es sólo dar patadas a un balón, jugar es amar y disfrutar lo que se hace: desarrollar el trabajo con disfrute; sabiendo que el estrés es propio de la prisa y no de uno. Sabiendo que si en lugar de ir corriendo, se va paso a paso se hallarán respuestas que de otra manera no se da tiempo a que puedan surgir, permite que se sea más productivo, no se acaba la jornada laboral agotado, y lo más importante se es feliz. Por lo que esa felicidad se irradiará y contagiará allá por dónde vayas pasando.
Jugar es también ver la vida de múltiples colores y no desde la óptica del blanco o negro; del bueno o malo. Jugar es invertir tiempo en los tuyos, en reír, en disfrutar juntos, en simplemente estar ahí viviendo ese momento con ellos. Sin distracciones de móviles o relojes. Jugar es también ir caminando observando lo que ocurre a tu alrededor, viendo como se despliega la magia cada día. ¿O acaso no es magia ver un árbol repleto ya de flores abiertas, no lo es acaso el amanecer, no lo es acaso el levantarte y estar vivo?
¡Hay tanto y tanto, con lo que jugar y ser tan, y tan felices! Esta felicidad no se trata de ser comprada o atesorada. Se trata de ir viviendo momento a momento, saboreándolos. De olvidarse de ir corriendo como pollo sin cabeza y permitir que estemos bien enraizados AQUÍ y AHORA. Permitiéndonos ir lo que desde fuera, en ritmos como los de Barcelona, podrían tacharse como ir despacio cuando realmente es ir haciendo sin agobios, preocupaciones, un querer llegar a toda costa. ¡¡No!! Dejemos atrás ese paradigma y aprovechemos la situación actual para construirnos, como individuos y como humanidad.
El estilo de vida llevado hasta hace algo más de un mes era insostenible. Para muestra el elevado número de depresiones, insomnios, ansiedad, estrés… Y de diversas sintomatologías y enfermedades relacionadas en cómo se estaba viviendo y así la somatización del cuerpo.
¿Por qué no probar a incorporar los siguientes consejos?
– Jugar.
– Vivir sin prisas.
– Darse momentos diarios para uno.
– Cambiar la preocupación de lo que pasará por agradecer y disfrutar de lo que tengo y soy AQUÍ y AHORA.
– Concederse tiempo para llamar por teléfono y para quedar con las personas que quieres.
– Trabajar desde la ilusión de estar ofreciendo lo mejor de ti para el bien de todos.
– Valorar lo realmente importante en la vida.
– Priorizar lo importante para ti, incluyéndote en ello.
– Vivir en unidad sin mejores ni peores.
– Colaborar, cada uno de la manera que pueda y con lo que pueda hacer. Pues todo y todos somos necesarios.
– Asombrarse de la magia que va aconteciendo día a día.
– Reír y sonreír diariamente.
– Reconocer la felicidad auténtica que parte por necesitar muy y muy poco.
Hay tanto que cada uno podemos hacer. Primero para estar en sintonía con uno mismo. Y en segundo lugar para disfrutar de la vida, saboreándola, siendo plenamente felices, en comunión unos con otros pero en primer lugar con uno. Valoremos que YA LO TENEMOS TODO. Pues, ¿qué necesitas para ser feliz? Tienes una inmensa y nueva oportunidad ante ti para que tome forma.
Mónica Larruy Carrete – Abril 2020
2 Respuestas
Tina
Al leer esta última entrada en tu blog, me ha resonado mucho las palabras oportunidad, darse espacios a uno mismo y, el aquí y ahora, resume el día que estoy viviendo aprovechando lo que tengo, soy y siento, lo que me rodea y quiero, qué bien ser consciente y, respirar a tiempo de todo ello.
Gracias.
Qué ganas de abrazarte.
admin
Muy buenas Tina,
totalmente! Si así lo deseamos, se abre una auténtica oportunidad dónde toma protagonismo el vivir desde el momento presente, sin preocuparnos o planear todo lo que puede acontecer, pues queda visto que poco sabemos lo que pasará mañana pero bien podemos vivir disfrutando desde el momento actual.
Agradecimiento de cada nuevo día que nos brinda infinitas oportunidades 🙂
Lo mismo! Ganas infinitas de reencontrarnos. Anticipo por aquí (mañana se hará oficial en redes sociales y newsletter) la reapertura el lunes 11 de mayo.
Así que pasito a paso, todo va encajando!
Abrazotes (por ahora, virtuales jeje) y feliz día!