Es un anhelo el encontrar aquella pastilla que quite todos los males. Poco importa lo que tengamos, buscamos dar con ella. Tantas son las leyendas alrededor de ella, que poco nos acordamos de cómo se originó el mito.
Por eso vamos preguntando por miles de sitios diferentes si ahí tienen esa pastilla, cuando en realidad esa pastilla que puede sanarnos, se encuentra solamente en nuestro interior.
Y es que no hay mayor medicamento que TÚ.
Para lograr un bienestar en todo el conjunto de uno: físico, mental, emocional e incluso energético, se requiere de pausas para irse observando, para irse escuchando. Para ir desprogramando patrones muy adheridos, por unos nuevos, tal y como deseamos avanzar.
Muchas veces se actúa automáticamente y siguiendo ideas preconcebidas generadas por la mente. Es la manera conocida. Sin embargo, nuestro cuerpo es el mayor sabio que puede existir. Por ejemplo:
– En el momento en que nos hacemos una herida, él mismo toma la inmediata decisión de enviar a nuestros albañiles para que pongan cemento para cicatrizarla.
– Él se encarga de que todas nuestras funciones estén reguladas: bombea la sangre por todo el cuerpo, toma el aire que necesita expulsando las partes nocivas de él, digiere el alimento que ingerimos absorbiendo los nutrientes que necesitamos, etc.
Tareas que él hace de forma automática sin nosotros tener que estar pendientes de ello.
Sin embargo, hay momentos en que el cuerpo va tan desbordado de trabajo que nos da una llamada interna de múltiples maneras: golpe, ansiedad, sensación de ahogo e incluso en forma de enfermedad o infarto. Cada llamada de atención de nuestro cuerpo nos habla. Puede comenzar con susurros, pero si no le hacemos caso, acaba siendo a gritos.
Todas tienen tienen un mensaje importante para nosotros: para y respira, eres merecedor de quererte, reconócete pues eres valioso y un largo sin fin. Estas llamadas deben ser atendidas. No hay buzón de voz que pueda irlas almacenando. Deben ser escuchadas.
Su función es que pongamos atención en lo más importante: nuestro bienestar, la comprensión propia, nuestra felicidad, etc. Diferentes ingredientes que componen esa mágica pastilla que eres TÚ.
Cada persona es única. Por tanto así de único será su propio proceso de descubrir sus propios componentes. Aquellos que en conjunto suman un valor incalculable.
Por ello, desde El Camino de Tanit ofrecemos el Servicio Terapéutico Integrativo. Y es que el trabajo que os realizamos en camilla va más allá. Ya que en función de cómo estéis, así serán los componentes que necesite esa pastilla interior. Y por tanto, diferentes son los ejercicios que os brindamos para que podáis aplicarlos y poder así gestionar con comodidad vuestro día a día.
Las flores residen en vuestro interior. Nosotros hacemos de jardineros que van plantando semillas que se van regando en cada sesión, dándole la forma que requiere. Y para que todo ello se pueda expandir en vuestro interior tomando buenas raíces y manifestarse en esa flor, requiere de vuestro abono. De aplicar esos ejercicios.
¡La búsqueda acaba de finalizar! Un nuevo camino se abre en ti.
Ven y te asesoramos en tu camino.
Autora: Mónica Larruy
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