La respiración, ese arte olvidado y sin embargo sumamente natural que nace de forma espontánea, sin preocupación alguna y con total libertad.
Lo primero que hacemos cuando venimos a la vida es tomar aire. Es el primer alimento que conocemos. Nadie nos ha enseñado cómo hacerlo y sin embargo lo hacemos.
En los peques se puede apreciar una respiración sumamente consciente. Toman aire llenándose su barriguita y lo dejan ir, soltándola. Un vaivén prácticamente hipnótico.
A medida que vamos creciendo son diversos los impactos emocionales que vamos recibiendo y con ello la respiración se va modificando. Aquella respiración que nacía del bajo vientre, comienza a ir subiéndose, llegando incluso a tomar aire desde el esternón.
Este hecho provoca que la capacidad respiratoria se vea totalmente mermada. Ante la falta de oxígeno en nuestro cuerpo, se disminuye el tono vital y con ello son diversos los síntomas que pueden aparecer.
El más claro y que seguramente el que más o el que menos ha experimentado es la falta de aire o taquicardias. Ello no es más que una clara evidencia de que nuestro cuerpo sigue unos ritmos que no son los naturales para él.
Ante situaciones críticas, de estrés o ansiedad es cuando más a menudo se aparecen estos episodios. Se toma, muchas veces inconscientemente, una respiración muy superficial. Cuando lo que realmente aportaría bienestar al organismo es una respiración consciente y profunda, naciendo desde el bajo vientre.
Aplicando una respiración con origen en el bajo abdomen, el sistema nervioso y cardíaco se ve reducido. Se pasa de forma prácticamente inmediata de un estado de alerta a un estado de sosiego, recuperando la calma y el ritmo propio natural del cuerpo. Desde este ritmo, es desde el cual se obtiene una claridad mental y emocional. Te abres a una perspectiva de comprensión. La cual desde ritmos acelerados, es inalcanzable.
Se apartan esas nubes de tormenta que pueden haber alrededor de nuestra cabeza, para dar paso a un cielo totalmente despejado.
Recuperar esta respiración es sumamente sencillo y de un aporte sin igual.
No te negaré que al principio puede resultarte un tanto complicado el aplicar conciencia en la toma y expulsión de tu aire. Sin embargo, en el momento en que lo aplicas ante una determinada situación crítica y experimentas sus enormes beneficios, fácilmente irás reconectando con ella.
Si bien en la escuela nos enseñaban letras y números, en ningún momento nos dijeron cómo se respiraba. Por tanto, patrones que tenemos en nuestro interior a base de practicar esta respiración se van desprogramando para implantar estos nuevos.
Son diversos los servicios que ofrecemos desde los cuales puedes descubrir y beneficiarte de esta respiración. Ya sea a nivel individual con nuestro Servicio Terapéutico Integrativo o bien en grupo con, por ejemplo, la práctica de Chi Kung (Qi Gong).
Desde cualquiera de ellos, recordarás cómo es el respirar natural para aplicarlo de forma sencilla en tu día a día y viendo con ello las enormes mejorías en tu vida.
Algo tan sencillo y valioso, francamente olvidado, está totalmente a tu alcance.
“Poco a poco un poquito se convierte en mucho”
Mónica Larruy – 02/06/2017
Si quieres descubrir los beneficios de la práctica regular del Chi Kung o solicitar una sesión del Servicio Terapéutico Integrativo, contacta con nosotros.
Una respuesta
Escúchate - El Camino de Tanit
[…] Para conocer las claves de una respiración sanadora, puedes ver el artículo 1,2,3…¡Respira! […]