De un tiempo a esta parte, ha quedado demostrado que existe un sentido bidereccional entre cerebro y corazón. Y es que el corazón influye a nivel de neurología. De hecho, el corazón se encuentra dividido en 4 cavidades: 2 aurículas y 2 ventrículos. Es en la aurícula derecha que se genera un péptido de control del sodio; el ANPH, que significa “Hormona Péptido Natriurética Auricular”.
¿Qué es el péptido natriurético?
El péptido natriurético es una hormona que se segrega únicamente en la aurícula. Influye directamente en diferentes órganos del cuerpo, no sólo en el corazón, se infiltra en el cerebro produciendo algunos cambios. Por ejemplo, inhibe la sensación de sed, inhibe la respuesta a la adrenalina. Respecto a esta última, incide directamente sobre el sistema nervioso simpático, frenándolo.
Cuando el sistema nervioso simpático se activa, ya vimos en otro artículo sobre las hormonas y neurotransmisores involucrados en el estrés, se genera noradrenalina, y de ahí el cortisol, impactando en los receptores beta del tejido del corazón aumentando el ritmo. De ahí que en situaciones de estrés, angustia, miedo acentuadas o muy mantenidas en el tiempo el ritmo cardíaco se ve aumentado.
Efectos del péptido natriurético en el corazón y en el cerebro
Cuando se activa el sistema simpático generalmente nos invita a dos opciones, como buenos animales que somos: luchar o huir. Así pues, la hormona péptido natriurética auricular será la encargada de calmar para evitar el colapso del corazón, al mismo tiempo que lo frenará lo suficiente para dar una respuesta racional idónea ante la situación a la que nos enfrentamos.
Actualmente, en los últimos estudios de la Universidad Japonesa de Kyushu, se ha demostrado que la hormona péptido natriurética, es también capaz de controlar los niveles de cortisol. Así pues, en personas con hipercortisolemia, resulta muy interesante estimular la secreción de esta hormona con la finalidad de reducir los niveles de cortisol y desactivar el eje adrenal y simpático.
Recordamos que el cortisol es el responsable de la activación del área límbica del cerebro: generación de miedo, pánico, respuesta más visceral de la persona, etc. También va a incidir en cómo nos sentimos, la ansiedad que podemos sentir, estados depresivos…
Gracias a esta hormona, hemos podido ver como el control del cortisol y la respuesta vagal incide en la activación del sistema nervioso parasimpático. La respuesta vagal es la activación que se produce del nervio vago, es decir, esto genera un descenso en los latidos del corazón. De forma que a manera que va frenando el eje simpático va actuando el eje parasimpático.
En este sentido, estudios recientes también han observado que los péptidos natriuréticos también condicionan el pensamiento para la decisión que vamos a tomar, de manera muy directa. Es decir, es capaz de construir una forma de pensamiento diferente desde que aumenta esta hormona a nivel del sistema nervioso central.
Si lo traducimos a nivel de Medicina Tradicional China, cuando nos encontramos con un paciente con ansiedad o nervios, hay un abordaje imprescindible que es incidiendo en el eje del corazón, de forma directa o indirecta. El corazón es el emperador de nuestro templo (cuerpo) en el que residen las emociones/psiquismo. Por tanto, en este punto actual a través de los últimos estudios se demuestra cómo el propio corazón es capaz de incidir en cómo sentimos, cómo vivimos, las decisiones que tomamos, etc. Todo ello, a través de la ANPH. O al menos parte de ello, ya que queda mucho camino por descubrir.
Por otro lado, con cada latido del corazón, al aumentar la presión arterial, y la consecuente contracción del corazón se estimulan los barorreceptores. Estos son receptores neuronales que se encuentran en las arterias que van midiendo la presión que hay para dar respuesta a la situación en la que nos encontremos. De forma que estos barorreceptores inervan hacia el área del cerebro dónde se controla el dolor.
Ante ello, se han hecho experimentos en los que en la medida en que el corazón da un latido, sentimos menos dolor. Para ello experimentaron como dando un electroshock justamente coincidiendo con la contracción del corazón, no se sentía el dolor. En cambio, cuando el electroshock era dado en la expansión del corazón, sí que se sentía el dolor.
¿Cómo repercute esto en nuestro día a día? Repercute en que cuando la presión arterial es alta, la percepción del dolor empieza a variar. De forma que cuando se mantiene la presión alta y los barorreceptores están ultra estimulados, en un primer lugar, producen una inhibición del dolor. De manera que cuando se activa el eje simpático y el eje adrenal, al aumentar la presión, no se siente el dolor. Pero, a medida que pasa el tiempo, se vuelven resistentes y menos sensibles al dolor. Por lo que el umbral del dolor baja. Con ello vemos cómo con la regulación de la hormona péptido natriurética auricular, puede repercutir en la regulación de la presión, y con ello, en la percepción del dolor.
Si bien, de la presión arterial no sólo se encarga el corazón, también participan los riñones con las hormonas adrenales, o el intestino delgado. Sin embargo, recapitulando, hoy en día se sabe cómo las hormonas péptidos natriuréticas son responsables de la regulación de la presión, pero también de nuestros pensamientos, influenciando en las decisiones que tomamos, en cómo el corazón se va calmando y en la respuesta autónoma/vagal. También hace qué nos sintamos mejor o más tranquilos. Por lo que sería una de las opciones para personas con dolores crónicos.
Se han hecho más estudios y se ha observado que en personas en las que son capaces de sentir sus propios latidos del corazón, es todavía más efectiva la respuesta de esta hormona y más efectiva la inhibición del dolor.
Por su parte, en estudios anteriores también en Japón, habían visto cómo cuando se actúa en el nervio vago; las ramas secundarias, incidía directamente en un cambio en el ritmo de la aurícula, con una producción mayor en la ANPH y una bajada de la presión arterial.
Desde la Medicina Tradicional China, el canal energético del estómago incide de manera muy directa en la respuesta del sistema vagal central. De tal manera, también sabemos que cuando la persona está más tranquila y “sale” de la situación de peligro deja de producir un nivel de serotonina alto y genera dopamina.
Desde la Medicina Tradicional China se incide en el resonador de acupuntura 36 de Estómago para conseguir esta subida de dopamina, pero ahora además se puede añadir este resonador, junto con otros, no sólo como respuesta del sistema vagal sino también cómo dispersión en este punto para dispersar al corazón. A través de la relación Madre: Fuego (Corazón/Intestino Delgado) – Hijo: Tierra (Bazo/Estómago) se busca dispersar al hijo para dispersar a la madre. Así que en muchos casos de hipertensión, es uno de los puntos a emplear.
Con estos últimos estudios, se ha podido observar que el canal energético del corazón influye en el cambio del ritmo del corazón, y con ello, en la producción de la hormona péptido natriurética auricular y en la forma del pensamiento, e incluso en la toma de decisiones. Pues si se logra estar calmado, el sistema nervioso simpático empieza a desactivarse, la presión arterial baja y nos deja ver con mayor claridad ya que está subiendo la dopamina. Esto podemos conseguirlo con sesiones de acupuntura.
Como veis un maravilloso entramado interno es el de nuestra fisiología, para dar respuesta a nuestro organismo y emociones, de forma muy sencilla, desde la Medicina Tradicional China. Y es que, tradición y ciencia, van de la mano.
Fuente: Javier Santiuste, a partir de la información de la revista Science
Mónica Larruy. Octubre 2021
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