Escúchate

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Cuantísimas veces nos hemos puesto a hacer algo y de pronto nos hemos preguntado, ¿qué estoy haciendo?

Entrar en el ritmo del hacer y hacer, sin antes pararse a escuchar si era aquello que quería (muy diferente a tenía que) hacer.

Hay muchísimas situaciones en las que actuamos por, casi se podría decir, un instinto primario que, a base de tantas repeticiones, se ha instaurado en nosotros. Veamos a continuación varios tipos:

A quién no le ha pasado cerrar la puerta de casa y preguntarse si realmente la había cerrado, algo ya más grave pero muy posible es preguntarse dónde está el teléfono mientras se está hablando por él ;). Diferentes situaciones de nuestro día a día donde respondemos con el piloto automático en modo ON.

Hay situaciones en cambio que se actúa por patrón. Alguien alza la voz y la respuesta es elevando más aún si cabe nuestra propia voz. Quien no ante situaciones estresantes ha entrado en alguna ocasión en modo bucle perdiendo la dirección de su brújula interna que tenía establecida.

Y como no, una de mis favoritas, la de predecir el futuro. Y es que, se idean 100.001 posibilidades que creemos que se pueden dar ante una determinada situación. Y lo mejor es que la que acaba sucediendo es la 100.002 que no se había ideado. Sin embargo, se persevera en el afán de predecir cuál se va a dar y cómo va a suceder.

En todas ellas, la muestra es que se actúa según como hemos ido haciendo a lo largo de estos años en la vida. Por ello, es tal la dinámica establecida que no se da la escucha interna, se actúa sin permitir la observación de esta escucha que es quién realmente todo lo sabe.

El tercer tipo de situaciones son precisamente en las que actuamos guiados por una escucha propia. Es decir, no se admite el actuar según dictamina el entorno. Si no, actuar según lo que uno realmente desea.

Como bien sabéis me encanta llevar el juego al día a día. Así que aquí os dejo una propuesta para comenzar a implantar la escucha interna:

1. Formúlate una pregunta sobre algo que tengas dudas si hacer o no hacer.

Comenzamos con una, después ya habrá tiempo de aplicar para el resto  😉

2. Una vez formulada claramente la pregunta, disponte a cerrar tus ojos y simplemente respira.

Para conocer las claves de una respiración sanadora, puedes ver el artículo 1,2,3…¡Respira!

3. Ves sintiendo como el aire entra y sale por tu cuerpo, como se expande y se encoge internamente tu cuerpo.

En este punto, mantén presente la pregunta que habías formulado y permítete a sentir.

Sentir nace del corazón acompañado del cerebro, no se acepta al revés  😛

Etimológicamente sentir procedía de oír y luego pasó a representarse a la percepción de los sentidos.

Por tanto, para llevar a cabo una escucha es imprescindible que se dé el sentir desde nuestro interior, para así tener la respuesta.

Así pues, ¿qué te dice tu corazón? ¿Escuchas la respuesta?

En nuestro interior residen todas las respuestas de los pasos a seguir. Muchas veces dudamos, pues entra en el juego la mente. Sin embargo, escúchate y verás cómo las dudas desaparecen del tablero del juego.

Desde El camino de Tanit a través del Servicio Terapéutico Integrativo  te ofrecemos el acompañamiento que necesitas para facilitar el proceso de escucha interna y saber realmente que sientes y qué pasos quieres dar para avanzar con facilidad y firmeza en tu camino.

Mónica Larruy

6/7/2017

 

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