Los ejes hormonales o el sistema hipotálamo-hipofisario se trata de un sistema que se encarga de mantener la regulación y el equilibrio de los niveles hormonales hipofisarios. Estos llevan a cabo funciones del organismo como el crecimiento somático, la maduración gonadal, cambios de adaptación al estrés, o la lactancia, entre otras. Pero, ¿cómo funcionan los ejes hormonales? Vamos a verlo.
Primero de todo, podemos dividir los ejes hormonales en dos partes. De día, los ejes hormonales regidos por inmunología son:
- HPA: Hipotálamo-Pituitaria-Glándulas Adrenales (suprarrenales del riñón).
- Sistema RAAS: Renina-Angiotensina-Aldosterona. Control de las presiones arteriales y del sodio del cuerpo.
- Sistema Nervioso Simpático.
Mientras, de noche son:
- Eje tiroideo: HPT; Hipotálamo-Pituitaria-Tiroides.
- Eje somático: HPS; Hipotálamo-Pituitaria-Somatropina. Eje de crecimiento.
- Eje HPG; Hipotálamo-Pituitaria-Gónadas. Eje de sexualidad/reproducción.
Cuando se altera el ritmo de la actividad de la neurología y se deriva mucha actividad a inmunología en el organismo, los primeros ejes que se alteran son los neurológicos por detrimento, y a continuación, por hiperactivación los de la noche. Desincronizándose poco a poco, produciendo que no se entiendan entre ellos, perdiendo luego el ritmo habitual. Momento entonces, en que podrían aparecer ciertas patologías.
Cabe mencionar que la sincronía implica que los ejes se entiendan entre ellos, para poder asistir a inmunología; tiroides, crecimiento, reproducción… Un niño, cuando crece es por la noche, cuando duermen, o bien, están enfermos. Momentos en que la inmunología cobra fuerza, ya que estos ejes están más activos. Ejes que son sincrónicos cuando somos niños.
Cuando somos mayores y está bastante más desincronizado, puede suceder: que no regeneramos bien los tejidos, que la tiroides esté alterada, y no haya suficiente energía para resolver la inmunología. Además, el hecho de que no haya suficiente energía implica que la persona se despierte por la noche, ya que su hígado no puede dar el soporte de vitalidad a la inmunología provocando que la persona se vaya despertando por la noche. Puede ser a las 4h de la madrugada, pero si se mantiene cada vez se irá avanzando más la hora de despertarse. Ello es debido, en parte, a la inflamación de bajo grado mantenida.
¿Cómo sincronizar los ejes hormonales?
En estos ejes, desde la Medicina Tradicional China, será muy importante, devolverles su ritmo correcto para que vuelvan a sincronizarse. Un ejemplo sencillo sería, cómo activar neurología y cómo activar inmunología. Lo podemos hacer a través del Sistema Nervioso Simpático y Parasimpático. Parasimpático sería para inmunología y Simpático para neurología.
Tú mismo también puedes contribuir a ritmar estos ejes. Para ello, puedes ducharte por la mañana con agua caliente acabando los últimos diez segundos con agua fría. Al acabar con agua fría vas a producir un pequeño estrés fisiológico que va activar la parte de neurología de termorregulación induciendo que responda el tiroides favoreciendo la respuesta de neurología en el consumo de vitalidad. Necesario cuando nos levantamos por la mañana. En cambio, por la noche sería ducharse únicamente con agua caliente. Esto va a provocar una bajada de la actividad simpática, se va a ir desactivando la actividad de toma de decisiones, y a dar paso a la actividad parasimpática para que vaya cogiendo fuerza la inmunología.
En Medicina Tradicional China este “ritmar” se hace de forma constante. Vamos derivando los recursos de vitalidad según corresponda. Para ello, partimos de muchos datos: de la estación en la que estamos, si es hombre o mujer, a través del pulso, del color de la tez, la forma de expresarse de la persona, etc. Todo un conjunto de información que nos facilita el abordaje del tratamiento.
Hemos visto los ejes desde la parte fisiológica. Pero desde la Medicina Tradicional China, estos ejes se expresan así: cuando hablamos de eje tiroideo, hacemos referencia al Reino del Agua y la Madera; en inmunología hablamos del Reino del Agua y del canal energético del San Jiao (adaptación); y en emociones y neurología hablamos del Corazón.
Si lo vemos desde los canales unitarios de Medicina China, vemos que cada 2 horas se va derivando la energía donde corresponde mediante el ritmo circadiano. De tal manera, que por ejemplo en procesos gripales la fiebre suele subir a medida que va llegando la tarde, alrededor de las 18h. Ello coincide con la hora en que entra en juego la actividad del Riñón (Reino del Agua). Y es a partir de las 19h que esta actividad se traspasa al Maestro del Corazón (Xin Bao). En este trasvase es importante cómo hemos vivido el día, para determinar cómo va actuar la inmunología y a dónde va a tener qué inflamar y resolver ésta.
Todo lo que hemos mencionado desde una visión fisiológica sobre inmunología; respuesta reactiva y proactiva, está vinculada en Medicina Tradicional China con la energía Wei (homeostasis con el entorno) mal llamada energía defensiva.
Alrededor de las 21h es cuando el Maestro de corazón (Xin Bao) le pasa el relevo al San Jiao, momento en que coincide a cuando inmunología va cogiendo las riendas, invitándonos a “apagarnos” inmunológicamente (nos comienza a entrar el sueño). Del San Jiao se pasaría a la Vesícula Biliar entorno a las 23h y a continuación sobre la 1h al Hígado. Estos dos están vinculados con qué va a hacer la función tiroidea, hacia dónde se va a derivar el consumo de vitalidad para poder responder a la necesidad de regeneración, etc. entre otras cosas.
Por su parte, desde la Medicina China, Pulmón e Intestino Grueso van a derivar energía hacia inmunología mientras que Bazo/Páncreas y Estómago lo harán hacia neurología. La hora del Estómago y del Bazo/Páncreas es entorno desde las 7h a las 11h. Momento que coincide en cuando nos despertamos para derivar la energía a neurología, la toma de decisiones durante el día.
El hipotálamo se encarga de regir todos los ejes adaptógenos hormonales del cuerpo. Pesa tan sólo 4 gramos. Las inflamaciones de bajo grado (inflamación mantenida digestiva a lo largo de años), no se desactivan inmunológicamente. Se produce un secuestro del sistema inmune a la vitalidad, por lo que no hay aporte tampoco a nivel neurológico. También lo hacen las presiones de estrés, las cuales inflaman fácilmente al hipotálamo.
Pero, ¿qué es el hipotálamo? Se trata de la parte del encéfalo situada en la zona central de la base del cerebro y controla el funcionamiento del sistema nervioso. Tiene un núcleo, llamado arcuato que tiene la capacidad de ver y equilibrar la cantidad de vitalidad del organismo; si hay suficiente ATP (Adenosín trifosfato) o no; la estimulación de comida si no hay suficiente ATP… Va testando regularmente las reservas de ATP para ponernos en búsqueda de alimento para volver a restablecer los niveles de vitalidad.
Dentro de este núcleo arcuato, existe otro núcleo que se llama Ina, el núcleo intersticial anterior. El tamaño del Ina va a determinar, por ejemplo, la tendencia sexual. Si el Ina es grande, habrá una tendencia masculina/varón, si éste es pequeño será una tendencia femenina/mujer. Entre ambos habrá multitud de gradientes. A modo de ejemplo, se combina que un Ina pequeño y presencia del cromosoma XY es hombre, entonces habrá una tendencia sexual del varón hacia la mujer. Este núcleo a su vez está ligado a la búsqueda de la energía y al gasto de energía, está relacionado al eje gonadal, el ritmo de la reproducción/fertilidad. Así pues, las calorías o vitalidad que el cerebro – en concreto el hipotálamo – detecte en el organismo, estará ligado con la posibilidad de reproducción o no, entre otras cosas.
Otro núcleo sería el paraventricular. Aquí se producen las hormonas ligadas al estrés. En concreto, se genera la hormona CRH precursora del cortisol. Por lo que nuestra tolerancia al estrés va a depender de este núcleo. A su vez, la respuesta tiroidea va a depender de esta zona del hipotálamo, así como la termorregulación.
Por ejemplo, las personas que tienen frío siempre, no termorregulan bien. Son personas con temperatura periférica por debajo de 36º. Todo ello nos indica de un fracaso de la respuesta del núcleo paraventricular del hipotálamo en el control tiroideo, termorregulación y probablemente en la tolerancia al estrés. Pues estas áreas se ven afectadas cuando padecemos estrés continuado.
Hay otra área del hipotálamo como es el órgano vasculoso de la lámina terminal que controla la renina y la vasopresina, hormonas asociadas a la regulación del sodio en el cuerpo para controlar la presión arterial y el intercambio entre células.
Dentro del área periventricular se encuentra el somático que le da ritmo a las hormonas del crecimiento para, por ejemplo, la regeneración del tejido.
Como podéis ver, gran parte de los ejes adaptógenos al estrés están regidos por el hipotálamo. Y desgraciadamente, éste es muy sensible a la inflamación. Desde hace ya unos años, se descubrió todo un canal encefálico que constantemente está infiltrando actividad inmunológica, es decir está produciendo inflamación. Pues una forma de proteger el cerebro de infecciones, es mediante la inflamación.
¿Por dónde pueden entrar las primeras infecciones o “bichos” no deseados? Desde una herida abierta a que entren por nuestra boca, al sistema digestivo.
Pasamos ahora a hablar del sistema inmune. Este tiene dos partes: una reactiva y otra proactiva. La reactiva es cuando ha entrado algo en el organismo y reacciona, como por ejemplo una infección. Y proactiva significa que antes de reaccionar por infección, por ejemplo, el sistema inmune da una respuesta previa.
Por ejemplo, una persona con miedo a salir de casa, puede tener a nivel neuronal una protección contra el contraer infecciones. Muchas reacciones son a nivel de supervivencia. Otras en que el organismo trata de adaptarse pero no existen los medios para ello. Así sería como funcionan los ejes hormonales. Sabiendo esto, podemos aplicar tratamientos adecuados para cada persona.
Mónica Larruy. Diciembre 2021
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