Desde El Camino de Tanit, consideramos que las terapias (proveniente del griego, therapia = tratamiento) son realmente artes. Nuestra visión parte de que cada uno de ellos es una manifestación sobre un lienzo (persona), en el que se van dando forma a diferentes trazos y con diversos colores. Cada persona tendrá su propio y único dibujo, ni peor ni mejor que otro, simplemente el suyo. Y es a partir de los terapeutas, los cuales realizan la labor de arte-sanos; sanar con arte, donde se irá manifestando y expresando dicho lienzo.
Se busca recuperar el estado natural con el cual nacemos. Por ello, nuestro compromiso es un trato en todo momento personalizado y atento. Con trato de tú a tú. Consiguiendo que se logren unas herramientas propias para continuar avanzando y re-encontrarse con uno mismo.
Muchas veces la vida puede parecer como un puzle. Cuando se abre la caja y se expanden las piezas por encima de la mesa, se ve todo como un imposible. ¿Cómo voy a ser capaz de hacerlo? Hay tantas, ¿por dónde empezar? Sin embargo, el momento en que tomamos la decisión de empezar y perseveramos en ello, poco a poco va tomando forma hasta conseguir el cuadro deseado.
Todas las piezas están al alcance de nuestras manos, y nuestra es la decisión de comenzar a juntarlas.
Todo parece imposible, hasta que se hace.
“Siguiendo el dictamen del corazón, acertado es el sendero emprendido.
Caminando paso a paso, corriendo, dudando y otros bien firmes y anclados.
No siempre confiamos y más de una vez titubeamos.
Sin embargo, basta con caminar con fe en uno y en el Universo.
Sabiendo que todo es YA perfecto. Proveyendo todo lo necesario para avanzar disfrutando del que es nuestro camino, llevando a cabo la labor de plantar semillas.
Manos invisibles nos empujan, abrazan y sustentan para hacernos seres seguros y felices en el caminar de esta nuestra vida que vamos pintando”
_ Mónica Larruy Carrete 2016
Terapeuta, profesora de Qi Gong y fundadora del Camino de Tanit
“Somos pájaros de luz.
Como tales, tenemos enormes alas,
escogemos si abrirlas o cerrarlas.
De ello, dependerá nuestro volar,
que no es otro que el dejarse llevar.
Si volamos, tenemos libertad.
Somos pájaros radiantes de felicidad.
Si no volamos, podemos tener todo lo terrenal.
Somos animales que han olvidado que pueden volar.
Lo fácil es dejarse llevar.
Lo difícil es emprender el primer aleteo y volar.”
_Mónica Larruy Carrete 2015
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